1/2/12

Sindicatos

Los casi 60.000 'liberados' que tienen los sindicatos españoles disponen de 9.000 tarjetas de crédito a cargo del presupuesto de sus sindicatos y que se financian a su vez a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.
El 40% tienen un gasto ilimitado, mientras que el resto puede gastar un máximo de 600 euros al día.



Dos caraduras, dos. En la imagen, los líderes de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente.

Ser 'liberado' conlleva no sólo no acudir al puesto de trabajo y que su trabajo tenga que ser realizado por otro empleado con el consiguiente gasto añadido para la empresa, sino que también tiene unos gastos de "representación".

Con el objeto declarado de cubrir los gastos derivados en comidas, traslados, invitaciones o regalos, los sindicatos tienen en su poder 9.000 tarjetas de crédito y débito que utilizan sus 'liberados', miembros de las comisiones ejecutivas, algunos empleados de los sindicatos y personal de confianza, según se ha podido saber a través de directivos de entidades bancarias.

Según estas mismas informaciones, el 40% de esas tarjetas son de crédito ilimitado, lo que permite al usuario poder gastar cuanto quiera, donde quiera y en lo que quiera, mientras que el resto tienen un tope diario de gasto de 600 euros al día. Casi lo que es el salario mínimo de un mes entero.

El mayor número de tarjetas obran en poder de UGT, seguidos de cerca por CC.OO, tras los que se encuentran sindicatos de corte nacionalista como la CIG o ELA-STV o corporativos como la CSI-CSIF, Sindicato de Pilotos, SEMAF etc. Cómo toda norma tiene su excepción, esta se encuentra en el sindicato USO que prácticamente no tiene tarjetas de este tipo.

Un gasto descontrolado y desmesurado en CC.OO. Una empleada de la Unidad Administrativa de Recaudación de CC.OO declaró que "el gasto de estas tarjetas es muy difícil de controlar y mucho más de exigir ningún tipo de explicación. Hay que tener en cuenta que quienes las usan son los cargos de confianza y miembros de ejecutivas y nosotros somos empleados suyos".

Según esta misma empleada, que nos pide encarecidamente que no citemos su nombre por temor a represalias, "hay veces que nos han venido gastos de noches de hotel de secretarios generales de algunos sindicatos provinciales, que iban acompañados de una segunda persona sin identificar, pero a ver quién sube y le pregunta quién era esa persona y para qué era ese gasto". "Nos limitamos a apuntar el gasto como representación y mirar para otro lado", remacha.

La Unidad Administrativa de Recaudación fue creada precisamente durante el mandato de Antonio Gutiérrez para controlar el cobro de cuotas y la administración de las finanzas y supuso en su momento fuertes fricciones entre los sindicatos del ramo o federaciones provinciales con la Confederación que les engloba a nivel nacional.

En la UGT los controles son todavía menores. Si esto ocurre en CC.OO, en UGT la opacidad es aún mayor, ya que los sistemas de control son más laxos.

Según un dirigente de hostelería de la UGT nos contó que, "las tarjetas son necesarias porque no vas a estar todo el día pidiendo dinero ni adelantándolo de tu bolsillo". "Si tienes que invitar a comer a la patronal cuando negocias un convenio o preparando una movilización es lógico que lo pague el sindicato. Si luego hay gente que usa mal esas tarjetas yo lo desconozco, pero en un sindicato tan grande supongo que habrá de todo como en botica", añade la misma fuente.

Los gastos de estas tarjetas se han disparado desde que se convocó la próxima huelga general, según confirman las fuentes bancarias consultadas. Por lo que se ve, la huelga es una ocasión de oro para algunos sindicalistas para hacer gastos extras.

Basta con hacer cuentas de lo que pueden gastar diariamente 9.000 tarjetas de crédito para darse cuenta de las cantidades millonarias del despilfarro de nuestros sindicatos a cargo de nuestros impuestos.

Los sindicatos deberían estar financiados exclusivamente por las cuotas de los afiliados. La situación actual es una de las mayores inmoralidades de este pais.

Si viven del cuento y el Gobierno les paga con tanta generosidad.

-¿Cómo van a defender honestamente los intereses de los trabajadores?
-¿Cómo van a enfrentarse a quien les paga? ¿Porqué no se piden justificantes de los gastos?
-¿Quien manda en este país?

¡Que asco, es para vomitar!

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